El mar se comprometió con la espuma, ella se enamoró de la arena y así ella baila con el viento en un enorme remolino como si quisiese poner celoso al cielo, el a su vez solo comparte su corazón con la luna, pero como si fuese poco, la luna siempre ha estado enamorada del sol... y las estrellas miran sonrientes de lo que llaman Desastre natural.
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